En diciembre, cuando Independiente
presentó a su nuevo técnico, nadie imaginó que 12 meses después
tendrían chances concretas de alzar nuevamente un copa internacional.
Por eso, vivir esta final de la Copa Sudamericana
e ir en ventaja ilusiona y también llena de confianza a los hinchas.
Porque el Rojo sabe como pocos la exigencia que lleva este tipo de
citas: como Ariel Holan. El club que le permitió trabajar con libertar y los resultados están a la vista: su estilo forjó la reinvención del plantel.
"Tremendo como jugó Barco hoy, jugó como un veterano. Por eso pudimos revertir el partido, hubo mucho coraje y valentía""El gran mérito es de los futbolistas. Nosotros tratamos de darles las herramientas necesarias para desarrollar la personalidad para que cada uno explote de la mejor manera", describió Holan, una vez consumada la victoria frente a Flamengo por 2-1, en el Libertadores de América.Ariel Holan
Pero lo que el entrenador dejó entrever fue que este desarrollo se vio potenciado en un plantel de jugadores jóvenes. El grupo de futbolistas con el que cuenta Holan tiene un promedio de edad de 24,63 años. De lo que jugaron ayer, su jugador más veterano fue Emmanuel Gigliotti, con 30 años, y el más joven, Ezequiel Barco, con 18.
"Tremendo como jugó Barco hoy, como un veterano. Por eso pudimos revertir el partido, hubo mucho coraje y valentía". La descripción del técnico pinta de cuerpo entero a todo el plantel. Porque el delantero encabeza una generación de jóvenes que surgieron en el club (o que llegaron de pibes) y que, sin un paso intermedio, saltaron a jugar en primera con la personalidad de un experimentado. Alan Franco (21 años), Fabricio Bustos (21), Martín Benítez (23) y Maxi Meza (25) lideraron anoche al equipo como nunca.
Independiente jugó contra un equipo de experiencia, que llegaba como favorito y entre sus cartas guardaba jugadores con varias finales sobre sus espaldas. Pero el promedio de edad del conjunto brasileño (27.36) se vio eclipsado por la madurez y el coraje mostrado por los jóvenes de Independiente, que creyeron en una idea e hicieron valer su nombre. Anoche, los pibes no se intimidaron por la presión del escudo sobre sus corazones ni por el calor que bajaba de las tribunas. Se apoyaron en su técnico y en la confianza que él depositó sobre ellos. Fueron guapos en Avellaneda. Salieron a desparramar brasileños.
Ezequiel Barco se despidió de Independiente
La venta del jugador a Atlanta United, de la MLS, es inminente. Si bien quedan cláusulas por negociar, el joven dejará al conjunto de Independiente una vez terminada la Copa Sudamericana. El equipo que dirige Tata Martino pagaría por él 14 millones de dólares, de los que a Independiente le quedarían 12. Por eso, cuando terminó el partido, Barco no pudo contener la emoción de haber jugado por última vez como local y frente a su público. Terminó tirado sobre el césped llorando, mostrando su otra cara. El niño deja su hogar que lo vio crecer para seguir explotando en otra parte.Diario La Nación
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