Hermosa recuperación. Ganando, goleando y jugando como
Independiente sabe. Tras un primer tiempo parejo, en el complemento nos
llevamos puesto a San Martín.
De alto vuelo. La satisfacción de haber recobrado la memoria
tras el traspié en Venezuela. Ojo, no fueron fáciles los noventa minutos. En el
inicio hubo algunas dudas, a pesar del gol de Benítez (gran quite de Jonás en
el comienzo de la jugada) y de las diferencias que marcaban las
individualidades rojas, sobre todo con los pies de Meza. El encuentro era
parejo. El quiebre se dio en el segundo tiempo. Lo del Rojo fue eléctrico y
terminó siendo un paseo. Lluvia de combinaciones, gambetas y goles. Al
fin logró lo que pedíamos: contundencia.
Si bien todo el equipo rindió, la figura fue Bustos. Por despliegue,
velocidad y pase. Lastimó permanentemente por el sector derecho. Pero
también hubo muchos puntos altos. El regreso de Fernández, con una
asistencia para el lateral mencionado y un gol. Benítez fue una de las armas
ofensivas más importantes de Independiente a través de su gambeta, siempre
recostado por alguna de las bandas. Una alegría para Brian Romero, quién entró
y la primera pelota que tocó fue al fondo del arco.
Fue el partido ideal para recuperarnos. Veníamos de un mal
trago y había que levantarse. Para demostrar que este equipo va a seguir dando
pelea. Que este plantel y técnico tienen reacción. Que no debemos jamás renunciar a
ese compromiso, actitud e intensidad. Vamos por más.
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