El Rojo recibe a Flamengo desde las 20.45 en la primera final. Televisa Fox Sports.
Mística es Bochini y Bertoni.
Mística es la Chivita Maldonado con los brazos en alto. Mística es
Erico, Sastre, De La Mata, Pepé Santoro, Pancho Sá, Bernao, Chivo
Pavoni, Ferreiro, Perico Pérez ( José y Hugo), Goyén, Trossero, Burru,
Barberón, Carlos Enrique, Maranga, Cagna, Mondragón, Serrizuela, el
Palomo, Rotchen, la Chancha Mazzoni, Islas, Garnero, Gustavo López,
Rambert, el Negro Clausen. Mística es el Pato Pastoriza caudillo y
también el director técnico, padre de la Familia Roja.
Mística
es tener siete Copas Libertadores en la vitrina y que hayan pa- sado 33
años de la última conquista y todavía seguir siendo el máximo ganador,
el Rey de Copas. Mística es jugar 18 finales sudamericanas y solamente perder tres.
Mística es ser bicampeón de
Copas, como en la Ricardo Aldao del ‘39 y del ‘40, superando a los
grandes de Montevideo (2 a 1 a Peñarol en el estadio Centenario y 5 a 0 a
Nacional en el Gasómetro, respectivamente), y como en la Libertadores
(‘64 y ‘65). Y tricampeón: Interamericana del ‘73, ‘74 y ‘76). Y
tetracampeón: Libertadores del ‘72, ‘73, ‘74 y ‘75.
Mística es atajar
un penal en un partido desempate con San Pablo, como el de Carlos Gay a
Zé Carlos que sirvió para mantener el 1 a 0 y dar la quinta vuelta
olímpica con el máximo trofeo internacional de esta parte del mundo a
cuestas. Mística es estar virtualmente eliminado y, así como si nada,
golear 3 a 0 a Cruzeiro para conseguir el pase a la final de la Copa del
‘75, que -se dijo- también fue suya.
Mística es aceptar ir a jugar
la final del mundo en el país del rival y ganarle. Y más si ese equipo
es la Juventus del ‘73, con mayoría de futbolistas componentes de la
selección italiana. Y mucho más si es 1 a 0 con una cucharita del Bocha
para dejar en ridículo al gran Dino Zoff y en mute a todo el Olímpico de
Roma.
Mística es hacer El Partido Perfecto en
una final de Libertadores (’84), traerse los aplausos de los hinchas
brasileños y un 1 a 0 de Porto Alegre con gol de Burruchaga para
festejar en la revancha en casa. Mística es el gol de Percudani en Japón
al Liverpool en el primer partido oficial entre un equipo argentino y
uno inglés dos años después de Malvinas.
Mística es levantar una Copa
(Supercopa del ‘95) y bailar el carnaval en Río de Janeiro, en el
mismísimo Maracaná repleto y ante el Flamengo de Romario. Mística es
revertir una final contra todos los pronósticos, como el equipo del
Turco Mohamed, que en la Sudamericana 2010 cayó 2 a 0 con Goiás allá y
en el remodelado estadio a medio terminar clavó un 3 a 1 para coronarse
desde los doce pasos. Mística es Tuzzio convirtiendo el penal decisivo
de esa Copa, la última que ganó el Diablo.
Mística era la
Doble Visera vestida de gala para las noches coperas que le erizaban la
piel a propios y extraños. Mística es caer al mismísimo infierno
empujado por los demonios dirigenciales y renacer para volver a ponerse
de pie y afrontar otra final de Copa como la de esta noche ante
Flamengo. Mística es el Libertadores de América desbordado, reeditando
viejas épocas doradas. Mística es el Ariel Holan hincha que le gana al
DT y llora como un nene y se acuerda del viejo al conseguir el boleto
para el cruce más deseado.
Hoy todo eso saldrá a la cancha junto a los once elegidos del Rojo. Hoy es otra noche de Copa y de mística. ¿Qué es la mística?
La mística es Independiente.
Diario Clarín
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