Sangre Roja

Sangre Roja
Alberto Eirin, Fabio Candelabro, Daniel Martinez y Litto Giovetti

lunes, 5 de junio de 2017

Uno x uno por Julián Barral

El elenco dirigido por Ariel Holan conoció la cara de la derrota y cayó, en condición de visitante, por tres a cero frente a Boca, con dos tantos de Bendettó y uno de Benítez, se despidió de la pelea por el campeonato y, ahora, deberá apuntar todos los cañones a conseguir la clasificación a la Copa Libertadores del próximo año. En “¡Independiente, el Gran Campeón!”, te dejamos las calificaciones

Martín Campaña (4): Probablemente el partido más flojo desde su llegada al club. Dubitativo en las dos primeras aproximaciones en el local, siendo superado en ambas, en donde dejó una chance abierta que Boca no supo capitalizar. Saca un buen remate de Gago en el primer tiempo. Nada que hacer en los primeros dos tantos. Responsabilidad en el tercero, al despejar mal el balón, cosa que llevó a una nueva conquista del rival.
Fabricio Bustos (5): Uno de los puntos más altos en la tarde-noche capitalina. Sin aparecer de manera asidua en ataque, intentó tomar bien las marcas y seguir el tren a Pavón o a Benítez, dependiendo de quién aparezca por su sector. Falló en el cierre previo al centro de Pavón en el segundo tanto, en una maniobra ingeniosa del punta rival, que lo eludió con un enganche fortuito.

Alan Franco (3): Le costó tomar la posición de Benedetto, a quien no supo cómo tomar cuando salía del área y no llegó a ir al compás con sus movimientos. Autor material de un penal que no debió ser sancionado.
Nicolás Tagliafico (5): Empezó con ímpetu pero, como le sucedió al resto de sus compañeros, decayó en su nivel y no encontró los caminos para controlar al nueve adversario. El temple y ganas que siempre demuestra el capitán.
uan Sánchez Miño (3): Su lateral fue una zona de transición libre para el ataque del Xeneize. Pavón y Benítez lo superaron en todos los tiros cuando lo encararon, aprovechando la poca marca que suministró el defensor izquierdo. Benítez le gana con facilidad en el segundo gol, ya que nunca supo dónde estaba el oponente, le ganaron las espaldas y no cerró de manera correcta.
Diego Rodríguez (5): En el podio, uno de los que –al menos- con un dejo de ímpetu intentó imponerse para hacerse presente en la zona medular. Ante la lentitud de su compañero en el medio, tuvo que hacerse ancho para cubrir los espacios, quedando pagando en varias oportunidades. Le costó tomar la marca sobre Pérez y Gago, que en varios pasajes aparecieron con libertades. Errático en la transición del balón.

Walter Erviti (3): Previsible, lento y cansino lo del ex Banfield en el campo de juego. Su inclusión en la oncena se debió a la inteligencia que y sapiencia que podía aportar para esta clase de partidos, esperando que la ecuación de como resultado lo que sucedió en Perú hace unos días. Sin rapidez para entregar el balón, no marcó, ni gravitó en el circuito de juego. Mal partido del volante.
Ezequiel Barco (6): De lo más rescatable. Con lo poco que tocaron la pelota los de mitad de cancha para arriba, se arrimó hacia el medio y partió desde esa posición buscando hacerse con el esférico y crear a partir de su velocidad y gambeta. No encontró un socio acorde a su voluntariosa labor. Tuvo que salir del campo por un patadón de Barrios. Tuvo un remate de media distancia que Rossi sacó al córner.
Martín Benítez (3): No gravitó en ofensiva y se notó. Sus últimas apariciones, con levantada incluida, hicieron que en el último lapso sea el encargado de llevar adelante el fútbol de Independiente. Deslucido en los noventa minutos, entró poco en contacto con el balón, tanto por el medio o como único punta.
Emiliano Rigoni (3): Desapareció del campo de juego. Aislado contra el cordón que delimita la cancha, no se hizo con la pelota, ni mucho menos llegó a ser punzante. Apenas un remate, en el complemento, que el golero boquense desvió al lateral.
Emmanuel Gigliotti (3): Prácticamente no tocó la pelota y estuvo anulado por los centrales rivales cada vez que se disponía a hacerlo. Amonestado, salió en el entretiempo y se notó que arrastraba una molestia.
Maximiliano Meza (5): Entró para cumplir la función de Benítez, relegando a este a la posición de centrodelantero. Tras su ingreso, el equipo se dispuso a tener más el balón e intentó sumarse al engranaje del juego.
Lucas Albertengo (3): Desapercibido completamente. Desde su ingreso hasta el fin, no tocó la pelota y no se sintió su presencia en el campo.
Gastón Togni (-): Ocupó el lugar que dejó vacante Barco en cancha. Se mostró como opción de pase en todo momento, aunque sin poder doblegar la marca del rival. Pocos minutos para ser calificado.
Comentario del Partido.
Ariel Holan dispuso el mismo equipo que venía de conseguir la clasificación en Perú por Copa Sudamericana. Ante la salida de Domínguez, buscó con Erviti en la zona medular, apoyándose en la experiencia que el volante mantiene y que, entendí, sabe sostener en esta clase de partidos.
El arbitraje y el funcionamiento colectivo son dos caminos paralelos que conllevan al mismo resultado, pero que merecen un análisis aparte, a la hora de desmenuzar el porqué de esta derrota de Independiente. Si bien es cierto que lo de Rapallini no fue bueno, cobrando un penal que –a mí entender- no fue, y que la patada de Barrios es descalificadora sobre el pie de Barco, resultaría simplista quedarse con ese pensamiento para descubrir que por ese motivo el Rojo cayó en La Boca. Para nada. El arbitraje es un atenuante, un condimento, pero no es algo –al menos en este caso- que lleve a la caída pura y exclusivamente por eso.

Si bien el penal es el motivo que lleva a la apertura del marcador, sólo da el génesis del mismo, ya que Boca había mostrado armas y actitud para llevarse por delante a este Independiente, buscando consolidar la punta del campeonato. Las chances que dispusieron Pavón y Benedetto anteriormente a eso, hablan y explican que el tanto estaba al caer, ante un Independiente previsible, que no encontraba asociaciones para lastimar, que no poseía individualidades que lo salven y doblegado siempre por la marca.
Pensar en un uno a cero antes del entretiempo parecía, incluso, alentador, entendiendo que a este equipo le sientan mejor los segundos tiempos. Sin embargo eso. Benítez puso el dos a cero y sentenció cualquier tipo de chances.
El complemento estuvo de más. El Rojo cansado no contó con las armas para superar al rival y cayó en un monotonía de atacar sin ideas, ante un local que se replegó y se dispuso a la contra, buscando abultar el marcador. Llegó el tercero, con complicidad propia y el fin. Los cambios no cambiaron la ecuación y, aquí, tenemos otro factor que altera la composición de un plantel corto y sin muchas alternativas a la hora de volver a barajar.


Aprender de los errores también es importante y el proceso de Holan deberá entender eso para levantarse de este duro revés y salir airoso en la pelea por la clasificación a la Copa Libertadores.
"JULIÁN BARRAL"

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