Sangre Roja

Sangre Roja
Alberto Eirin, Fabio Candelabro, Daniel Martinez y Litto Giovetti

miércoles, 7 de junio de 2017

Un baño de realidad



Veníamos embalados los del Rojo, felices y hasta un poco relajados, como es lógico después del clásico con Racing, y se puso de manifiesto en los partidos por Copa Argentina y en el Minella con Aldosivi. Pero se empezó a tomar envión otra vez en Perú con una actuación que nos hizo ilusionar a todos de cara a lo que se venía, nada menos que Boca en la Boca y la posibilidad de acercarnos a la punta.











Y claro ¿Como no ilusionarnos?¿Cómo no dejar de sorprendernos para bien con esto que hasta se podría denominar "revolución Holan"? Con una forma de encarar los compromisos proyectando no sólo un planteo de juego que va más allá de lo futbolístico, y que incluye un trabajo con jugadores e hinchas desde los sicológico, desde lo motivacional.

Lo noté en amigos y ocasionales compañeros de tribuna, quizás una confianza, no se si llamarla desmedida como factor negativo porque quizás esto en definitiva pudría llegar a ser algo positivo, pero sí que no observaba hacía años entre nosotros.

 Algo de lo que no se hablaba en la previa, sólo en algunos medios vinculados a Boca es el cansancio que acumulaba Independiente en su viaje a Perú, muchos pensábamos que quizás la mente también podía remediar este ítem.

Finalmente las cosas salieron de la peor manera para nosotros, y ya con la perspectiva que nos da el paso de los días podemos enumerar algunas causas que desencadenaron esta primer derrota del ciclo Holan:

- El partido entre semana en Lima: Como decíamos más arriba el equipo pareció más lento que de costumbre. Boca lo superó en velocidad y reacción desde el primer minuto

- El marco superó a alguno de los nuestros sobre todo los más jóvenes, sintieron la presión, el penal infantil es prueba de esto.

- Error en la constitución del equipo. Exceso de confianza en Holan en cuanto a que algunos jugadores podían aguantar el trajín o simplemente falta de recursos humanos para cambiar, el equipo fue muy largo, debió haber conformado dos líneas de 4 y esperar. Hubo jugadores en inferioridad física como Gigliotti, Benítez y Erviti.

- La actuación de Rapallini, esto sin negar que Boca fue superior y que con otro árbitro los de la Ribera posiblemente se hubieran impuesto también. Pero dejó pegar desmedidamente a los locales, la violenta persecución que se hizo de Barco es la prueba.

- El poco o nada de recambio de jugadores y táctico que tiene el Rojo, no hay variantes, no hay a quien tirarle un centro para que cabecee en el área rival.

Y dejo para el final la crítica a nosotros mismos, a ese autocanibalismo al que nos sometemos en los últimos tiempos: Rigoni un intocable hasta la semana pasada, su actuación hizo que circularan comentarios en cuanto a que ya es tiempo de venderlo, y Holan poco menos que comparado con el Pato Pastoriza y tratado por muchos como si fuera un Dios o hubiera ganado diez títulos ya pasó a ser terrenal y aprendimos que se puede equivocar.

En definitiva lo del fin de semana ha sido un baño de realidad que desnuda algunas falencias que habían quedado un poco olvidadas por los resultados favorables: un plantel muy corto, sin recambio y decididamente mal armado, al menos para ir por el campeonato, estamos un escalón abajo de Boca, de River y de San Lorenzo, no es un tema sin solución y se puede arreglar en el receso, mientras tanto vamos por los 12 puntos que quedan.



                                                                                       Dr. Liberto Giovetti
                                                                                          Sangre Roja

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