Independiente cumplió uno de los objetivos del semestre:
pasar de ronda en la Sudamericana. Si no hubiera sido por las fallas en la
definición, la diferencia podría haber sido más amplia. El domingo, tiramos las
últimas cartas contra el Rey falso.
Partidazo del Rojo. Haciéndose fuerte en toreo ajeno. Porque
la realidad es que en ningún momento la victoria peligró. Quizás los
primeros diez minutos ante el empuje local. Cuando las piezas se acomodaron, Barco
y Benítez armaron una sociedad que fue imparable para Alianza. En
ningún momento los peruanos encontraron cómo marcarlos. Con Martín un poco más
preciso, el resultado hubiera sido mayor. Rigoni, como siempre, apareció en el momento
justo: para marcar el gol.
El cotejo se ganó a partir del funcionamiento en la mitad de
la cancha. El “Torito” estuvo fino para el quite. De esta manera la posesión
del balón fue del Diablo. Erviti también participó en la marcación
pero su trabajo más importante fue el primer pase, además de aportar la pausa necesaria
en varios momentos. En defensa, asentados nuevamente en Tagliafico
(casi anota un golazo en el primer tiempo) no tuvo mayores inconvenientes, a
pesar de algunos momentos de duda por parte de Franco.
El Rojo está vivo. Copado de triunfos. Porque ganó cinco
partidos de los últimos siete. Parecía difícil clasificar tras aquel lejano 0 a
0 en Avellaneda. Pero hace unas fechas, el equipo levantó en rendimiento y pudo
conseguir el ansiado pase. El domingo, vamos con todo contra el Rey impostor…
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