Sangre Roja

Sangre Roja
Alberto Eirin, Fabio Candelabro, Daniel Martinez y Litto Giovetti

sábado, 27 de mayo de 2017

Paramos en Mardel por Federico Giovetti

Tras cinco victorias consecutivas como visitante, Independiente detuvo su marcha en La Feliz, ante un Aldosivi que abrazó con fuerza el empate. A no perder de vista los objetivos, seguimos cerca del ingreso a la Libertadores.

Profundidad. Es lo que faltó al Rojo para quebrar la ecuación del Tiburón. El local plantó dos líneas de cuatro y murió con la suya: reventando cuanto balón aparezca cerca de su área. El equipo de Holan no lo supo resolver. No lo entendieron los medios ofensivos, que igualmente intentaron con gambetas y centros. Faltó el remate de media distancia. Sólo Nery Domínguez probó en el complemento en una situación que salió cerca de los tres postes.

Barco, Benítez y Rigoni no tuvieron la presencia ni armaron las sociedades de los anteriores partidos, monopolizaron la pelota pero no pudieron crear mucho peligro. Esto sumado a Gigliotti, quien estuvo encerrado entre los defensores. Los sustitutos (Albertengo y Erviti) tampoco pudieron marcar la diferencia. Impresentable lo de Pitana, fue permisivo en varias jugadas que ameritaban amonestación y debió expulsar a Yeri.

Si bien el conjunto de Perazzo casi no avanzó, lo de la defensa fue impecable de nuevo, casi justificando los dichos de Holan en la semana acerca de que posee los más rápidos del fútbol argentino. Bustos, Tagliafico y Franco tuvieron el tiempo y la paciencia necesaria para espantar los pocos ataques.
Independiente debe seguir por esta senda. Sin enceguecernos por un par de victorias porque precisamente aún no ganamos nada. De a poco y fecha tras fecha. No perdiendo de vista los verdaderos objetivos del semestre: clasificar a la Libertadores y pasar de ronda en la Sudamericana. Ojalá haya sido sólo una parada técnica en Mardel para ir con todo hacia Lima…

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