Huevazos arrojados al micro que
transportaba a los jugadores, huevos diseminados en el campo de juego,
insultos y silbidos para casi todos -sólo zafaron Campaña, ovacionado;
Cuesta, Tagliafico, Vera y Barco, aplaudidos- cuando la Voz del Estadio
anunció la formación, banderas colgadas al revés y otras contra los
futbolistas -”Le fallaron a la gente” ó “Saquense mi camiseta”- y contra
la dirigencia.
Así arrancó la tarde-noche en Avellaneda. Bien calentita,
el infierno no estaba nada encantador en esta ocasión, quedando en
evidencia que los hinchas de Independiente no perdonaron la decepción
sufrida la fecha pasada en la derrota por goleada ante Racing. Todo lo
contrario, quedó bien graficado con estos gestos, hechos y cantos.Gabriel Milito también quedó al resguardo de la furia. “Milito no se toca”, corearon los hinchas, como forma de respaldo y apoyo, cuando el técnico, e ídolo del club, asomó desde la manga y salió a la cancha. Los hinchas del Rojo siguieron cuestionando la falta de actitud del equipo en la fecha pasada. No hubo olvido, ni perdón. Este triunfo ante River permitió un gran desahogo y se festejó mucho. Pero apenas finalizó el partido, después de una gran celebración en las tribunas, los jugadores levantaron los brazos para saludar a su gente y como respuesta recibieron una nueva oleada de silbidos.
El gol de Diego Vera, que cortaba una racha de cuatro partidos sin victorias, se gritó bien fuerte y evaporó los insultos en el tramo final del partido. Sin embargo no alcanzó para abrir las puertas del perdón y descomprimir la bronca acumulada. La relación está quebrada y sólo el tiempo, y los resultados, determinarán si puede llegar a recomponerse
Diario Clarín
No hay comentarios:
Publicar un comentario