No
se notó que en Avellaneda estaba jugando el campeón de América. Ni
siquiera cuando, muy temprano, Independiente se quedó con diez. De
hecho, la ventaja que encontró Gremio sobre los 21 minutos de la parte
inicial, llegó gracias a un grosero error defensivo con responsabilidad
de Amorebieta, con un pase a Franco que le quedó corto, Luan se llevó la
pelota, encaró a Campaña y, al pifiar su remate, descolocó al arquero y
mandó la pelota al fondo.
El otro tiro al arco de Gremio en esa primera parte, fue un tiro libre mal sancionado por el árbitro, por una falta inexistente de Meza.
El resto, fue todo de Independiente
que, a medida que fue calentando motores empezó a mostrar su mejor
cara. Un tiro de Domingo que pasó muy cerca del ángulo, un cabezazo de
Meza que dio en el travesaño y un centro rasante de Menéndez (el mejor
de la cancha) que Benítez no alcanzó a tocar al gol.
Con once estaba mejor.
Regaló el gol primero y Gigliotti se hizo echar cinco minutos después;
un par de golpes que pudieron haber derrumbado el ánimo del equipo pero,
por el contrario, lo potenció. Un rato más tarde, Meza remató de zurda y
la sacaron en la línea y, enseguida, un tiro libre de Gaibor se desvió
en Cortez y se transformó en el empate.
En la segunda parte, aún con diez, Independiente siguió asumiendo la iniciativa.
El campeón de América, desbordado, trataba de enfriar el juego y
abusaba demorando las acciones. Menéndez siguió siendo la llave del
desequilibrio del Rojo sobre la izquierda, Meza creció con la pelota y
Benítez inquietaba.
Pero el gran esfuerzo físico le empezó a pasar factura al Rojo.
El ingreso de Alisson le dio más control de la pelota a Gremio y, de a
poco, el equipo brasileño empezó a acercarse al área de Campaña que tuvo
que esforzarse para evitar el segundo en una jugada en la que
Amorebieta terminó salvando sobre la línea.
Holan
mandó a Fernández primero y a Jonás Fernández después, pero ya las
energías estaban flaqueando. Así y todo, Independiente generó un par de
aproximaciones como para volver a anotar. Para entonces, el empate
comenzaba a tener un buen color para los de Avellaneda que, en siete
días, jugarán la revancha en igualdad de condiciones numéricas.
Independiente dejó una buena imagen en una primera pelea que, de haberse definido por puntos, como en el boxeo,
le hubiera significado el triunfo. Pero se definió por errores, y el
Rojo los sigue pagando muy caro: cometió dos y se quedó sin el festejo
que esperaba tener en casa.
Diario Popular
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