El ganador de la Sudamericana viajó a Mardel, empató ante
Gimnasia sin goles en los noventa minutos, y después perdió por penales. Partido
típico de pretemporada, sólo sirvió para que los jugadores hagan un poco de fútbol.
Como comúnmente pasa en los cotejos de verano, hubo pocas
situaciones de gol, escasa velocidad en las jugadas y cero profundidad. Eso le faltó al Diablo, que fue apenas
superior a a su rival. Luego, en los penales, la suerte estuvo del lado del
Lobo que terminó alzando la copa veraniega. Valió para ver en acción algunos
jugadores que no son habituales en el primer equipo, sumado a Domingo, a Miño,
a Campaña y a las dos incorporaciones.
Precisamente Domingo y Miño fueron de lo mejor durante el
partido. También Brítez, con poco, dejó una buena impresión. Fue siempre fuerte
a las divididas y en su mayoría las ganó lealmente. Quizás le faltó más
precisión con los pies. Brian Romero empezó bien, con un par de gambetas, pero
después cayó en la mediocridad del encuentro. La más clara la tuvo Albertengo,
quién no pudo conectar increíblemente una asistencia de parte del ex Argentinos.
Un partido que sólo sirvió para sacar algunas conclusiones,
como dijo Holan, que inclusive deben ser tomadas con pinzas por la dureza en
los movimientos debido a la intensidad de los ejercicios físicos. La cuestión
pasa por ponerse a punto para rendir a partir del 24/1. Tras las idas de Barco
y Tagliafico, dos jugadores clave, la dirigencia debe incorporar un “5” y un delantero
o mediapunta más. En el 2018, vamos por todo.
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