Nuestra sana costumbre: ganarle a los hijos. Con un equipo
alternativo, con un jugador menos por la expulsión de Moreira, con el arquero
juvenil lesionado, con Albil que no jugaba hace varios años. Ah, y con la
camiseta…
Partidazo de los jugadores. Porque se rompieron el lomo. Fueron
once leones dentro del campo de juego. O diez, por la roja que vio el central
en el primer tiempo. El Rojo, plagado de suplentes, tuvo una idea
desde el primer minuto: esperar y contragolpear. Y salió diez puntos.
Un error de Vittor posibilitó a Fernández correr unos metros en soledad y
fulminar la red.
Con uno menos, todo se hizo más cuesta arriba. Pero somos el
karma de Racing. Porque a los jugadores blanquicelestes le temblaron las
piernas para dar pases a dos metros, también para definir. Miedo escénico es el
que sufrieron y sufren cuando ven la casaca roja delante. El joven Rehak se hizo gigante
con un atajadón estando lesionado. Asís también tuvo un aprobado en su
debut. Jonás, impecable en el medio para quitar, molestar al rival y jugar
cuando fue necesario. Tagliafico marcó con la firmeza de siempre. Albertengo
las corrió todas y por momentos apareció como lateral derecho. Y Amorebieta
sacó todo en defensa.
Díficil elegir una figura cuando todo el equipo dio el máximo y al
director técnico la idea le salió a la perfección. Aunque Fernández, en solitario,
fue el más peligroso. Y pensando en el martes, Leandro debe ser
titular. Cuando está bien, es el delantero más ágil y goleador del plantel.
Salvo Tagliafico, el resto de los que jueguen serán quiénes descansaron hoy,
para ir a buscar el partido que, como dijo Holan, es el más importante de los
últimos años.
Estiramos el historial a 24 de diferencia. 24, como la serie
de Fox, el canal en donde Racing ve la semi de la copa. Una lástima tener un
clásico tan sencillo. La próxima vez ya sabemos, no hay que ponerles ni los
suplentes, con la novena, basta y sobra… #TodoRojo…
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