Ciudad del demonio

Independiente no puede ganar en Mendoza, y esta semana ni siquiera empató. Después de la eliminación en Copa Argentina, Godoy Cruz nos dejó a 8 puntos del primero en cuatro fechas. Lo que más duele, que el equipo no sea el mismo de hace quince días.

Perdimos en intensidad, en actitud. La misma que mantuvimos durante los 90 minutos ante Atlético Tucumán por Sudamericana, ahora la extrañamos. Porque el Rojo volvió a perder. Es cierto, tuvo situaciones para empatar pero las mismas fueron más por individualidades que por juego colectivo. Un rendimiento paupérrimo de Erviti y de Gigliotti. Si siguen así, pronto hablarán de retiro. El ex Banfield camina en la cancha, no parece un jugador de “alto rendimiento”. Y quién regresó de China está fuera de estado físico. No tocó una pelota, no ganó una dividida y no generó por sí mismo una situación de gol. Ambos deben dejar de integrar el equipo titular. Otro que no termina de convencer es Meza. Tuvo algunos arrestos personales durante el primer tiempo pero luego cayó. Quizás mejor acompañado pueda levantar. El mediocampo, con Domingo-Torito, tampoco anduvo, sobre todo en el primer tiempo donde se los notó imprecisos con el balón. 

Evidentemente Independiente sintió la ausencia de Bustos. Es extraño que estemos hablando acerca de un lateral derecho como pieza fundamental, pero en este equipo de Holan lo es. Aporta vértigo, intensidad, que es lo que perdimos. También de alguien que maneje los hilos del equipo. Benítez tomó la iniciativa cuando ingresó (su lesión no le permite estar los 90 minutos) pero lamentablemente ya era tarde. 

Otro de los motivos de la derrota fue la impresentable actuación del árbitro del encuentro, Patricio Loustau. El referí pitó un penal que sólo vio él, de esos que se dan en innumerables ocasiones. Un agarrón prácticamente imperceptible de Sánchez Miño sobre el delantero del local. La dirigencia debe prestar un poco de más atención a estos temas ya que se ocupa de las generalidades de AFA pero no de su club. En los últimos cuatro partidos (uno por Sudamericana) nos cobraron tres penales en contra. Que los medios sigan hablando del peso de Moyano… 

Deberemos tomar el primer vuelo y salir rápido de esa ciudad. Una ciudad del demonio, fatídica, donde en una semana perdimos todo y no ganamos desde 1969. Hay que recuperar terreno en el torneo, que será muy difícil, con Boca y River imparables por el momento. Salgamos de esa ciudad, volvamos a Avellaneda. Necesitamos que retorne el compromiso, la actitud y la intensidad a la sangre de los jugadores. Si no, empezarán los cuestionamientos al DT y la historia será la misma de los últimos años. Por favor, cambiémosla.