Sangre Roja

Sangre Roja
Alberto Eirin, Fabio Candelabro, Daniel Martinez y Litto Giovetti

jueves, 6 de abril de 2017

Agua y ajo por Fabian Rodriguez

Antes del partido ante Alianza, aparecieron cabezas de ajo cerca de un arco. Ni así pudo cortar la malaria.

 

"Protegerse, alejar las energías negativas y la envidia”, aseguran las personas que confían en la utilización del ajo para contrarrestar una racha adversa. El martes a la noche, en el área y el arco lindante con la popular Sur de la cancha de Independiente, se encontraban unos bulbos de la planta que -supuestamente- corta la malaria. No extraña la presencia y el uso en un ambiente tan supersticioso como el del fútbol, que es adepto a este tipo prácticas.
En los días previos al partido con Alianza Lima muchos hinchas manifestaban en los programas partidarios la presencia de un gualicho en el Libertadores de América, ya que los goles y los triunfos escasean por Avellaneda. En especial, desde que asumió Ariel Holan. Los empates con San Martín de San Juan (0-0) y Vélez (1-1) dejaron una sensación de impotencia debido a las chances falladas, las atajadas de Luis Ardente para el Verdinegro y los postes. Suficientes argumentos para que alguien decidiera cortar la sequía con ajo.
El contexto del Diablo es desesperante. El club atraviesa la peor racha histórica sin títulos con 14 años, en el medio sufrió el descenso en 2013 y lejos está de pelear los campeonatos. Razones por las cuelas se respira impaciencia en la cancha. Y sobran los motivos para sus hinchas. Durante años padecieron dirigencias irresponsables que lo llevaron a conocer la B Nacional. Hoy, disfruta del estadio terminado y de otras obras importantes, pero le falta un logro deportivo, como lo afirmó Hugo Moyano.
El “ Operativo Ajo” no trajo el resultado buscado. El supersticioso que decidió utilizarlo se olvidó de poner unos dientes en el área contraria, en la que Leao Butrón desvió el penal ejecutado por Emmanuel Gigliotti. Así, Independiente no pudo salir del empate sin goles ante el conjunto peruano. En parte por los reflejos estupendos del arquero y también por una deficiencia en la resolución. La primera victoria para Holan no aparece en el horizonte y encima, mientras la buscó, los grifos del campo le apagaron el envión. No queda otra, Rojo. Agua y ajo.

Diario Olé

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