Horrible. Pésimo. Lastimoso. Impresentable es el adjetivo. Porque
el Rojo fue un equipo sin alma dentro del campo de juego. No corrió, no
inquietó, no molestó a su rival. Sin ganas, se arrastró por el campo de
juego. Una actuación digna de Racing cuando viene al Libertadores de América. Nos fuimos del Presidente Perón sin patear al arco (porque el cabezazo de Denis fue la mejor que tuvimos).
Hubo fallas groseras que no podemos perdonar en un clásico. La
defensa bajó mucho el nivel. Cuesta regaló el primer gol. Figal fue una
lágrima por el lateral derecho. Lamentablemente número cuatro no
tenemos (Toledo y Martínez son peores). Pellerano estuvo perdido en la
cancha. Hasta Tagliafico no fue el de siempre. Ortiz regaló el segundo. En el mediocampo, la responsabilidad no puede caerle a un pibe de 17 años. Alguien tiene que hacerse cargo del equipo. El
Torito no existió en la recuperación. Benítez está para titular… en un
torneo inter-country. Los delanteros que tenemos son ex jugadores (tanto
Denis como Vera, en un plantel armado, son suplentes). ¿Qué escribir
sobre Sánchez Miño? Que vuelva a Italia, bien lejos de Avellaneda. El
único que se salvó fue Campaña que evitó lo que pudo ser una derrota
mayor.
Mucho para replantear. Sobre los jugadores, debemos hacer una renovación. El
“Gaby” debe pensar seriamente si su plantel le responde porque no se
nota. Para los dirigentes, deben saber que tienen que contratar un
asesor futbolístico porque evidentemente fallaron en las contrataciones. En
el receso sólo podrán traer dos jugadores y esperemos que no sean como
“las balas de plata” de anteriores gestiones. Muy lindas las mejoras en
las instalaciones, el estadio Libertadores va a quedar hermoso, pero
somos un club de fútbol y la manera de mejorar los ingresos económicos
es ganando. O al menos, lo que debemos conseguir ahora es “presentar” un
equipo. Porque lo que vimos hoy no lo es.
Foto: Olé
Coincido totalmente!
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