Siempre se puede estar peor dicen algunos y
esto parecería corroborarse después de haber jugado en Quilmes, porque
pensábamos que lo peor había sido con Lanús, con Patronato o con los Tucumanos,
pero no, este Independiente no termina de sorprendernos para mal.
Al final del partido con Defensa hubo
muchos silbidos e increíblemente algunos aplausos, yo me preguntaba quienes
aplaudieron y tratando de ser benévolo pensé en esos pibes que ahora van a la
cancha y que tienen entre 14 y 18 años o quizás un poco más…¿que vieron de
Independiente desde que van a la cancha y tienen uso de razón?, ¿tienen lo que
algunos viejos como nosotros les podemos narrar del pasado, de cuando éramos
como ellos y que ellos ven seguramente como algo mitológico y lejano?. ¿acaso nosotros necesitamos que alguien nos
contará las azañas de Érico o de Seoane para ir más lejos, para tener el gusto
por el fútbol que tenemos?, a mí por lo menos nadie me conto ninguna historia
de niño, mi Viejo era hincha de otro equipo, me hice de Independiente por su
presente de aquel momento –década del 60- no por herencia.
Por eso digo que quizás sea más meritorio
ahora hacerse de Rojo con esta actualidad. Cada generación forma su propia
base, su propia historia, y en la de estos nuevos hinchas de Independiente solo
aparecen como hitos históricos aquel partido decisivo en La Plata con Huracán
por el ascenso y la final en el Maracaná de la era Holan. Parece demasiado poco
para exigir y quizás debemos reflexionar un poco en cuanto primero a la
comprensión, y luego a tratar de modificar presente y futuro, claro, parece una
utopía sobre todo para todos aquellos que únicamente disponemos de la palabra
para hacerlo
El fútbol siempre da revancha dicen y eso
llegó el domingo por la noche, el equipo pareció otro, se jugó bien, quizás el
mejor partido de la era Beccacece, Independiente lleva diez partidos invicto en
Avellaneda con ocho triunfos y dos empates, la major racha desde 2017, la
presencia en el terreno de juego de Pablo Pérez fue fundamental. Incomprensible
lo del público otra vez, al menos para mí. Se silbó al equipo jugando mal el
jueves pero llevándose el resultado, y el domingo eran todos aplausos por la
forma de jugar hasta que llegó el empate de Talleres y vuelta a los silbidos
que cinco minutos más tarde vuelven a convertirse en aplausos no de todos,
porque muchos se quedaron con ganas de insultar a técnico y y jugadores con el
gol de Figal al que muchos todavía cuestionan. Inentendible para mí lo de la
gente que denota hartazgo seguramente por un lado y la aparición como decíamos
al comienzo de esta nueva generación de hinchas a la que debemos respetar y
tolerar porque en definitiva son tan de Independiente como nosotros los que
estamos de vuelta por haberlo visto todo, tres clases de hinchas entonces, los
que lo vimos todo, los que aplauden cualquier cosa y los que putean
indiscriminadamente porque en realidad no saben ni lo que quieren todo producto
de frustraciones por tantos años de malaria.
Dr. Liberto Giovetti
Sangre Roja
No hay comentarios:
Publicar un comentario