Ya ni gritar un gol se puede, solo se puede
festejar cuando el contrario sale del medio, lo vimos ayer y el jueves pasado,
este nuevo fútbol ya no tiene espontaneidad.
Desde el jueves en Ecuador, con el gol de
Benítez y el corazón se te va a la boca cuando el partido terminaba y el
árbitro se apretaba los auriculares contra los oídos tratando de escuchar lo
que los brasileños del VAR le indicaban desde arriba, en un nuevo intento de
cobrar algo que por suerte no fue para que finalmente nos trajéramos la
clasificación de Quito.
Pero las sorpresas no terminaron allí, como
por arte de magia se cambiaron las fechas e Independiente que fue el último
clasificado en octavos va a ser el primero en jugar en cuartos de final. No
sabe ya que hacer la Conmebol ya no solo para entorpecer a Independiente, que
cae en la volteada de la reprogramación del fixture por un desquite que se toma
Domínguez con el también impresentable Chiqui Tapia que violó todos los códigos
no escritos entre dirigentes al defender a Messi en los medios y no puertas
adentro de la Confederación.
El fútbol ha cambiado, "esto con
Grondona no pasaba" dicen muchos y es real, en el pasado las casas madres
del fútbol estaban corrompidas de otra forma, quizás con más disimulo, aunque
todos lo percibíamos y la justicia de hace unos meses nos dio la razón
condenando a muchos de los otrota compañeros de Don Julio. La diferencia es que
ahora ya no hay ni disimulo y el pase de facturas es a cara descubierta.
La relación de Independiente con la
Conmebol no es nueva, se la viene cuestionando desde hace tiempo, desde la
Sudamericana 2017 cuando muchos fallos lo perjudicaron en una Copa que
igualmente se adjudicó brillantemente. Recordemos lo peor que llegó en 2018 en
la Recopa contra Gremio de Porto Alegre, y luego en la fase de grupos de la
Copa Libertadores donde le anularon cuatro goles y finalmente el ya recordado
partido en Nuñez y la patada de Pinola sobre Benítez.
Lo cierto es que la Conebol es a los
equipos brasileños lo que la Superliga y la AFA son a River y a Boca. De
cualquier manera esta modificación de dia si bien ha perjudicado a Independiente
en cuanto a cambio de planes y de diagramación, los más perjudicados han sido
los ecuatorianos que han tenido que jugar por su torneo local el sábado y luego
dividirse en ocho vuelos para llegar a nuestro país.
Y llegó el martes, y otra vez el VAR complicandole
la vida al Rojo. ¿Cuantos goles hay por fecha y en toda la historia del fútbol
como el de Chavez anoche? ¿Que debía haber hecho Hernández el supuesto infractor
para que la jugada fuera lícita? ya que por la rapidez de la misma
evidentemente le resulta imposible correrse para que el arquero "pueda
ver", además no se tuvo en cuenta a los dos defensores ecuatorianos que
obstruían la visión. ¿Que debió haber hecho Chavez? ¿No patear hasta que
Hernández se corra? La jugada no fue protestada ni por el equipo visitante.
Al final se ganó, con los huevos en la
garganta como se dice en la tribuna, con una picardía de Romero en el tiempo de
descuento, que siga así.
En definitiva lo que queda es eso el
triunfo cuando parecía que el panorama iba a ser oscuro, falta ir a la altura,
se ganó, sobre la hora como acostumbraba a ganar Becaccece en Florencio Varela,
se ganó y la esperanza está. Ahora me pregunto: ¿alguien imagina lo que puede
llegar a hacer el VAR en una eventual semifinal con un equipo Brasileño?
Dr. Liberto Giovetti
Sangre Roja
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