Sangre Roja

Sangre Roja
Alberto Eirin, Fabio Candelabro, Daniel Martinez y Litto Giovetti

miércoles, 10 de octubre de 2018

Si hace 30 años intentaron matar a Gareca por un partido ¿Que nos puede sorprender en 2018?

Como cualquier hincha cuando el Rojo pierde uno se va con una bronca, con una calentura tremenda, nos pasó a todos la semana anterior. Tengo por costumbre esperar 24 horas para emitir algún juicio de valor sobre la derrota a la espera de que mi cabeza baje los decibeles y de tratar de ser lo más racional posible sobre lo sucedido.

Pero esta vez fue distinto, pasó un día, pasaron dos pasaron tres y esa espina, ese puñal que nos clavó en el pecho el arbitro el martes anterior cada vez dolía más.
Trataba de hacer memoria, de algún otro robo semejante en algún otro tiempo y lo más parecido que pude encontrar entre mis recuerdos fue el partido en Córdoba, que como todos sabemos terminó no en un robo sino sólo en un intento por la épica conquista de Independiente. Ha sido una Libertadores viciada de sospechas de arreglos entre bambalinas y de transgresiones al reglamento, desde la mala inclusión de jugadores, arbitrajes claramente parciales, y manejo del VAR al antojo de intereses. La Copa debió suspenderse ante la irregularidad de la fase de grupos, pero en este fútbol nuestro de cada día en el cual la publicidad que ya está vendida de antemano es quien manda el espectáculo sigue. Los intereses y las mafias que rodean a este deporte se imponen cada vez más, lo hacen desde hace tiempo, por estos días nos estamos desayunando con lo ocurrido en Cali con el América impulsado a sus conquistas por dinero del narcotráfico que aportaban los dueños de dicha institución los hermanos Rodríguez Orejuela que pudo desencadenar en un atentado por parte de Pablo Escobar enfermo hincha de su rival, el DIM al equipo que en ese momento integraba Ricardo Gareca. Vemos de esta manera hasta que punto llega la pasión de la mano de los intereses económicos en este caso provenientes del narcotráfico ¿De qué podemos extrañarnos 30 años después?.
Pero yendo ya a Independiente el interrogante que surgía después de la derrota es como DT y plantel iban a asimilar el golpe recibido, desde lo anímico y desde lo futbolístico. Tendría Holan la suficiente fuerza motivacional, habida cuenta que en el horizonte hay poco por pelear en relación a lo pasado.
Y el golpe en el Monumental se acusó el sábado en Paraná, equipo lento en el primer tiempo, sin sorpresa y con las consecuentes lesiones que ya conocemos. Se puede acusar sobreexigencia en el partido del martes, pero lo cierto es que ya algunos miran de reojo la preparación física del equipo que no parece ser la óptima y algunos caprichos de Holan por la no inclusion como titulares de Gigliotti, Sanchez Miño y Domingo. Como atenuante a la hipótesis de la deficient preparaciòn física podemos decir que la lesión de Figal fue producto de una caída y que la del Chileno Silva es de vieja data, casi desde que se incorporó. Por otra parte si el entrenamiento es el mismo para todos. Por qué razón hay jugadores que mantienen el ritmo y parecieran no cansarse nunca como Gigliotti, Domingo o Sánchez Miño. Está claro que el rendimiento del equipo no es el mismo desde lo físico  ahora que cuando estaba el Profesor Cohan, pero los jugadores tampoco son los mismos.
En definitiva y aunque cueste, hay que dar vuelta la página, el partido con River debe quedar como un recuerdo y sobre él tratar de hacer autocrítica, el sábado empezó otra etapa, hay once días para recuperar los averiados y fijarnos nuevos objetivos, aunque claro uno nunca sabe que imponderables, que piedras nos podrá poner en el camino algún malintencionado con poder.


                                                            Dr. Liberto Giovetti
                                                               Sangre Roja

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