Después de estar dentro de los clasificados a un certamen internacional durante casi toda la Superliga, Unión tiene que sumar de a tres el sábado porque si no es así, se queda afuera de la Sudamericana.
Alberto “Nene” Sánchez | deportes@ellitoral.com
Es
cierto, la palabra fracaso, sobre todo en fútbol, no es muy bien
aceptada por un gran porcentaje de quienes tienen que ver tanto
directamente (llámese jugadores y técnicos) como indirectamente
(dirigentes y simpatizantes).
De todos modos, sería necesario conocer lo que realmente significa el término “fracaso”. Según el diccionario, fracaso es el “resultado adverso en una cosa que se esperaba sucediese bien”. Tan sencillo como eso, algo muy parecido a una frustración, una decepción o un revés, aunque la palabra fracaso a muchos les suena más “dramática”.
Es que en la sociedad actual, el estímulo permanente de la competitividad genera que el fracaso sea visto como un estigma. Los “ganadores” son encumbrados e idolatrados, mientras que los “perdedores” son mal vistos y obligados a pagar por sus fracasos.
Según los psicólogos, la familia, la escuela y los medios de comunicación deberían enseñar a las personas a asumir sus derrotas y digerir los fracasos sin traumas. Es que, en caso contrario, los fracasos perjudican la capacidad de reacción y afectan al bienestar personal.
El rechazo social al fracaso promueve un mecanismo defensivo en la gente, que la lleva a no reconocer los fallos y las limitaciones personales. Ahí es adonde o cuando empieza el verdadero problema, en no reconocer que hemos fallado, y que el hecho de no cumplir con un objetivo o meta no nos permita aceptar que hemos fracasado. Ahora bien, eso no tiene nada que ver con que alguien pueda llamarse fracasado por no haber logrado lo propuesto con anterioridad.
Dicho esto, y aunque parezca injusto, si Unión no le gana a Independiente el sábado desde las 17.45 en el 15 de Abril en la última fecha de la Superliga, quedará afuera de los equipos que en 2019 jueguen la Copa Sudamericana, el objetivo que se había planteado el plantel y el cuerpo técnico a comienzos de este año, después de cumplir una gran performance en la primera parte del campeonato, ya que al principio del mismo, la meta era “sumar puntos para engrosar el promedio”, algo que se consiguió de manera prematura, y lógicamente invitó a cambiar el propósito inicial.
Desde lo deportivo, Unión tiene armas para vencer al Rey de Copas, que tiene como meta jugar la Libertadores del año venidero y por eso vendrá a Santa Fe con la misma obligación que Unión: ganar. Pero hay que tener en cuenta una cosa más, la que seguramente a Holan ya lo debe estar preocupando: el elenco de Madelón no perdió ninguno de los 12 partidos jugados en la avenida (ganó 6 y empató 6) durante la Superliga, y sobre todo, la hinchada rojiblanca querrá transformar el 15 de Abril en la “Caldera del Diablo”.
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