Pasan los días y sinceramente no entiendo por qué algunos siguen usando chicanas dialécticas en lugar de aceptar el debate.
¿Serán
las nuevas (viejas) reglas del juego? Tal vez, porque pareciera que no
hay argumentos a contraponer. Entonces se deriva el tema hacia otras
cuestiones que nada aportan al nudo de la
cuestión. Me acostumbré a que desde la aparición de mi primera nota
allá por septiembre de 2014 esto haya sido así. Al principio, según
algunos, mis apreciaciones eran inválidas porque para ese entonces
provenían de un “canterista dolido”.
Hoy, a exactamente un mes, nos presentan esta imagen.
No
soy quién para juzgar a aquellos que desde la buena fe pueden llegar a
aceptar que el Libertadores de América estará “finalizado” y “el sueño
se hace realidad” a fin de este año (entendiéndose
que el techado queda fuera de esta consideración, ya que así fue
aclarado desde un principio por las autoridades del Club). Cada quien
está en todo su derecho a evaluar y concluir sobre la escasa información
que se brinda por diferentes vías, siendo libre
de tomar posición al respecto.
Lo
que sí quiero marcar es: Jamás voy a estar de acuerdo en que las
imágenes sean exclusividad de una única página web privada y comercial.
Como socio seguiré reclamando que sólo desde los
medios oficiales sean las voces técnicamente autorizadas las que
comuniquen todo lo relacionado al avance del estadio.
Pero vayamos a lo IMPORTANTE y ALTAMENTE RESCATABLE.
En
mi opinión es muy saludable que las autoridades hayan hecho un sincero
reconocimiento de la situación al aceptar que organizar para el 20 de
diciembre una “gran fiesta contra un equipo
extranjero de renombre” (tal como se decía sólo dos meses atrás) sería
algo fuera de la realidad.
Celebro
entonces que se haya optado sólo por una PRESENTACION FORMAL DE LO
EJECUTADO HASTA EL MOMENTO, antes del último partido de local a jugarse
este año. Allí estaré, como siempre. Y vaya
fundamentalmente mi reconocimiento al enorme esfuerzo de esta Comisión
Directiva por lo hecho hasta acá, por haber remontado una obra
paralizada durante casi seis años, darle continuidad y por ponerse como
objetivo la finalización de lo que alguna vez alguien
tan bien definió como “la obra eterna”.
Ya
tendremos tiempo de seguir analizando la evolución de lo mucho que
quedará por hacer a través de conceptos meramente técnicos, como
siempre dando mi punto de vista profesional sobre los
avances y las decisiones que se tomen.
De la política que se encarguen los políticos. Y como yo no lo soy, no voy a subirme a ese carro.
Claudio
D. Pezzi
Arquitecto
Mat.
C.A.P.B.A. 5969
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