El fútbol es un monstruo que devora técnicos en cada fecha. Una de las justificaciones por la que los directivos de AFA se volcaron a este tipo de torneo largo, eliminando la promoción, era justamente para evitar esto, esta histeria colectiva que genera el hecho de que los equipos no ganen y entren en la peligrosa zona donde se discute "el drama del descenso".
La implementación de torneos largos ha fracasado en este aspecto,
se han ido un montón de DTs en estas trece fechas que lleva nuestro
campeonato doméstico, por malos resultados y presión del público y barras,
con el simbólico caso de un ex Independiente, paradójicamente de la misma
generación de nuestro actual, hablo de Cristian Diaz que tristemente era
obligado a fumar marihuana durante las prácticas debiendo luego armar el
equipo, ¿Cómo habría de hacerlo correctamente seguramente obnubilado por la lisergia que produce semejante humo?, con
resultados poco positivos para los de Bahía Blanca.
En los clubes grandes como el nuestro este asunto, hablo del descenso, ha quedado de lado al menos por estos tiempos y la gente parece estar
preocupada por otras causas, esto claro es un notable avance con respecto a
años anteriores y es una cosa que no debemos dejar de hacer notar, es algo que el
hincha ha recuperado, la exigencia, la necesidad imperiosa ya no sólo de pelear
arriba sino de dar una vuelta olímpica.
Y parecería que después del encuentro con River se ha generado un compás
de espera en cuanto a los dos encuentros que se venían, Milito ha sobrevivido a
la tormenta del Cilindro con el antedicho triunfo ante los Millonarios y el del
pasado domingo en Santa Fe, a seis de la punta y sin haber jugado con Boca que
ostenta ese lugar dirán los optimistas.
Es curioso lo que ha pasado y que una vez más demuestra que no hay
verdades absolutas en este tema, si Gaby hubiera dejado su cargo luego del
clásico como muchos pedíamos, seguramente influidos por la herida que nos
habían infligido y otro hubiera ocupado su lugar en el banco, el discurso de
quienes pedíamos su salida luego de estas dos victorias hubiera sido:
"teníamos razón hacía falta un cambio de timonel, la salida del DT
descomprimió el ambiente y los jugadores rindieron de distinta forma".
Pero no fue así, Milito mostró una capacidad de autocrítica poco vista
en estos tiempos de tozudez fundamentalista, seguro acosado por la coyuntura y
bien aconsejado por los que lo rodean, no es común ver esto en los técnicos, se
dio cuenta que su diseño de juego no se adaptaba al plantel, que no tiene a
Marangoni y a Bochini para jugar del modo que él y todos pretendemos, entonces
cambió, es decir: "No murió con la suya, con su libreto" como
hicieron otros hasta con más renombre como Bielsa en aquel mundial recordado
por todos en el que se negó a juntar a Crespo y a Batistuta.
Cambió Milito, y cambió Independiente, cambió la suerte también que vaya
si tiene su injerencia, la pelota entró. Se viene otra prueba contra el
Banfield de Falcioni, todos esperamos siga en esta senda, la de la lucidez, por
lo menos si de algo estamos seguros es que no ha corrido la misma suerte de
Cristian Diaz, Gabriel Milito por suerte no fue obligado a fumarse ningún
porro.
Dr. Liberto Giovetti
Sangre Roja
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